martes, 8 de marzo de 2011

número 1

marzo 2011                                                                              el quisco - isla negra


COMPARTIENDO LO POÉTICO
                      EN LA PROVINCIA DE SAN ANTONIO
    Convivimos, en cierto modo, somos poéticos. Es imposible definir, aprehender el misterio de la poesía, pero lo reconocemos, lo sentimos, creemos en ello, lo intuimos, lo fantaseamos. Lo queremos. Desde hace unos años, va corriendo, va bailando y cantando una voz, una certeza: estamos en el litoral de los poetas, el litoral del arte, el litoral de la poesía… Es cierto. Las tres cosas son ciertas.
    En Cartagena, falleció y está enterrado Vicente Huidobro, creador del creacionismo, padre de Altazor, antipoeta y mago. Neruda lo confesó… por algo su residencia en la tierra, su poesía afirmó su raíces en Isla Negra. El más grande poeta actual de habla castellana, a los 96 años, escribe, conversa y anticonversa en Las Cruces.
     La provincia ha atraído y ha dado nacimiento a numerosos escritores, artesanos, cantores, músicos, escultores, fotógrafos, pintores… quienes crean y asumen la belleza, en soledad y en diálogos, siendo conocidos, o no tanto, por turistas y por vecinos.
    Los tres grandes poetas, todos los portadores de la poesía con y sin palabras, en alguna parte se integran con el mar y las quebradas, con las facies del crepúsculo, las fases de la luna, las leyendas campesinas, las sonrisa de los niños, los diálogos de tú a tú… para ir conformando, dentro y fuera del arte, lo poético de la vida y del arte de vivir. 
    Es cierto, es lo poético del litoral de la Provincia de San Antonio y es la constancia de lo poético del mar en sí, de todo el mar, todos los mares, los ríos, los lagos, las montañas, los bosques, las catedrales, las sinfonías… Es lo poético en el corazón del amor, del diálogo y la amistad, aquí y donde exista el ser humano. Es el arte en su infinita universalidad. Es la naturaleza. Es el asombro por la situación humana. Lo dijo Hölderlin: poéticamente vive el ser humano.
    Lo poético es propio del ser humano, de Chile, de todo el mundo. El realce dado a lo poético de la Provincia de San Antonio no es egocentrismo territorial, viene de una dimensión especial, aquí presente, de lo poético. Se trata de un movimiento, de una intencionalidad de colaborar con el desarrollo
de lo poético, de un movimiento para colaborar a que se manifieste, se integre la poesía del ser humano, de la naturaleza, de la trascendencia. Litoral de la poesía, Litoral de los poetas, Litoral del arte… son denominaciones sugerentes. Apuntan a un denominador común, a un proyecto comunitario.
    Es en ese sentido, en ese espíritu, que empezamos estas separatas. Separatas pensadas para integrar. Para dar a conocer, hasta donde podamos hacerlo, todo el rico germinar de lo poético en la Provincia. La idea es complementar las visiones, las actividades asociativas ya existentes, facilitar que sean conocidas y dialoguen entre sí.
    Estas separatas darán cuenta, mes a mes, de algunas de las iniciativas poéticas existentes. No deseamos dejar a nadie fuera, pero estamos conscientes de nuestros sesgos y esperamos, muy abiertos, las sugerencias de los lectores. En cada número vendrá un recuerdo especial de una de las grandes figuras del arte que deben empezar a acompañar a los tres poetas universales, al conjunto de artistas residentes, a la poesía de la naturaleza y del fondo de la humanidad. Empezamos con Manuel Rojas, el autodidacta que recorrió todos los oficios, “anduvo a pie por Chile”, construyó una casa en El Quisco y dejó instalado en el imaginario colectivo una obra viva y profunda, que resistirá airosa el peso del tiempo y los cambios paradigmáticos.


                                                                                                    Luis Weinstein


    La obra de Manuel Rojas tiene fuertes rasgos autobiográficos. El mismo autor fue protagonista de aventuras como atravesar la cordillera de Los Andes a pie por el Cajón del Maipo, y desempeñar múltiples oficios en su vida, tales como apuntador de teatro, cuidador de faluchos (lanchas) en Valparaíso, obrero y viajero incansable; experiencias que quedaron plasmadas en textos como LANCHAS EN LA BAHÍA, MEJOR QUE EL VINO y LA OSCURA VIDA RADIANTE.


(BUENOS AIRES, 8 ENERO 1896 - SANTIAGO, 11 MARZO 1973)

Construyó una casa 
      en El Quisco,
         en la cual
ojalá haya escrito   
algunas de sus obras 
  más importantes. 
PREMIO NACIONAL DE LITERATURA 1957
  Una de las experiencias más significativas en la formación intelectual de Manuel Rojas, fue el contacto con los integrantes del movimiento anarquista de la época, entre los que se encontraban el escritor José Santos González Vera y el poeta José Domingo Gómez Rojas, quienes lo incentivaron y convencieron de su vocación literaria.

                                          
PUBLICACIONES:
            
             Poéticas, 1921.                                 Los Costumbristas Chilenos, 1957.
    Hombres del Sur, 1926.                                      Mejor que el Vino, 1958.
Tonada del Transeúnte, 1927.                                Punta de Rieles, 1960.
      El Delincuente, 1929.                                   El Árbol Siempre Verde, 1960.
  Lanchas en la Bahía, 1932.                           Antología Autobiográfica, 1962.
            Travesía, 1934.                                      Esencias del País Chileno, 1963.
  La Ciudad de los Césares, 1936.          Historia Breve de la Literatura Chilena, 1964.
De la Poesía a la Revolución, 1938.                   Pasé por México un Día, 1964.
         El Bonete Maulino, 1943.                         Sombras Contra el Muro, 1964.
            Hijo de Ladrón, 1951.                           Manual de Literatura Chilena, 1964.
            Deshecha Rosa, 1954.                           Viaje al País de los Profetas, 1969.
       Imágenes de Infancia, 1955.                             La Oscura Vida Radiante, 1971.
Chile: Cinco Navegantes y un Astrónomo, 1956.


MARIO PUELLER MORENO
nació el año 1933, en Santiago; en Ñuñoa, para ser más precisos, la comuna adonde los avatares de la vida nortina condujeron a su familia. Desde muy joven siguió los pasos de su padre, fotógrafo minutero o de cajón, y se dedicó a sus dos grandes pasiones: la fotografía y la literatura.
  Ya adulto, decidió radicarse en El Quisco, su segundo amor, como lo llama él. De la cordillera al mar, suele decir, por eso sus creaciones navegan entre estas dos vivencias.
  En las páginas de su primer libro, Para no olvidar, publicado el 2003, podemos encontrar emotivas reminiscencias de su niñez y primera
juventud.
 Un Quisco muy distinto del actual debió ver Mario Pueller cuando arribó a estos pagos y decidió quedarse, allá por el año 1954.


¡Amigos Pintores!
Pintad rápido,
lo que vaya quedando
¡Amigos Poetas!
Exalten lo bello,
de los cerros el verde,
del mar las lanchas artesanales,
la Caleta, las casas de madera,
el caballo que a lo lejos
aún de repente
se divisa por el pueblo...

Mario Pueller


Revista Cultural Las Cruces

                Queremos dar cuenta de la historia total de Las Cruces. La línea editorial se basa en la particularidad que este lugar posee un rico entorno natural y un rico patrimonio cultural.
    DESDE LA ÉPOCA PRECOLOMBINA HASTA NUESTROS DÍAS:
UNA CULTURA EN DESARROLLO
     Las culturas precolombinas  Bato, Llo-Lleo y Aconcagua, dejaron desparramados en el pueblo su arte y sus herramientas; hasta el día de hoy es posible admirar las piedras tacitas
y, en algunos museos, su alfarería; muchas páginas se han escrito sobre sus vidas.
     Las familias fundadoras del pueblo hasta hoy conforman su base social: los Aravena, los Aguilera, los García, los Moya, los Clavijo, los Santis, los Codocedo, entre otras. A fines del 1800 llegan grandes familias adineradas, la mayoría provenientes de Santiago, que fundan el Balneario.
   Ambos conforman desde ese momento una dualidad que permanece hasta hoy, Las Cruces, pueblo y balneario, crucinos de intramuros y de extramuros.
    Son estas particularidades lo que la revista quiere mostrar; confundir entre sus páginas a connotados artistas y escritores nacionales, que en Las Cruces son sólo otro vecino, con
la gente común, convirtiéndose todos en lugareños, lugareños sin más distinción que el cariño por el lugar.
    Los recuerdos, las poesías, las pinturas, las fotografías, las crónicas, muestran un reflejo de Chile.
    Quienes se adentren en la historia profunda de sus pueblos, ¿encontrarán las mismas certezas que nosotros?
Luis Merino







POESÍA Y SANACIÓN

      ¿Qué es la sanación? ¿Podemos ser Sanadores Educadores? ¿Sanar es educar? ¿Educar es sanar?
      
El punto central es la educación, comprender que si no sanamos no podemos educar. Con mi grupoveníamos estudiando los valores del nuevo paradigma el 2003: la horizontalidad, el dinamismo, la complejidad, la flexibilidad, la complementariedad, lo holístico, la espiritualidad, la intuición, nuestro rol ético fundamentalmente ecocéntrico, lo matrístico, 
el predominio de lo cualitativo, la grandeza de la red de relaciones, la incertidumbre -como apertura de probabilidades - cuando vimos la necesidad, ya preparados, de vivir una experiencia inédita, educativa y sanadora, para los niños, adolescentes y profesores. Nos acercaríamos, como cualquier persona a las escuelas, entraríamos a sus aulas y leeríamos poesía a los niños, de todos los cursos, en el Jardín Infantil, en Básica y Media, todos los días del año, a las ocho de la mañana. Así lo hicimos desde el 2006 hasta ahora en el Colegio El Tabo y la Escuela Las Cruces, entre otros escenarios.
    El grupo siembra espiritualidad a través de la poesía que va volando hacia los alumnos y docentes. Se produce un encuentro de calidad, y humanista entre los alumnos y los Lectores Poéticos de El Tabo, Isla Negra, El Quisco y Algarrobo. Ellos han partido de sus casas con diversos ropajes, edades trabajos y oficios, con un libro de poemas bajo el brazo de todos los poetas del mundo, resistiendo el frío del amanecer, los buses repletos, las caminatas de kilómetros para salir a la carretera arribando
frente a los estudiantes, y leyéndoles a Huidobro, Yeats, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Heine, y a miles más.
    Sorpresa emotiva: los niños aplauden con sus manitos heladas, con sus cortos años, con la rebeldía adolescente, con su falta de abrigo, arrobados. Los profesores se miran -¿qué es esto?- Los niños piden más y más, aumentan su concentración, se emocionan, quedan en sus corazones bailando las metáforas, abren sus perspectivas, enriquecen su vocabulario, asimilan nuevos significados, construyen conocimiento, disminuyen su agresividad, son felices.
     En una encuesta que les hacemos aparece, entre otras respuestas, que cuando grandes ellos les leerán poemas a sus hijos.

Moira Brncic Isaza
Creadora y Directora de la Iniciativa
Sanar Educando: una Experiencia Local
de Transformación Poética

ROBERTO BESCÓS CONCHA

NACE EN SANTIAGO, DURANTE EL INVIERNO DE 1951.
SIENDO NIÑO SE TRASLADA A LA COSTA JUNTO A SUS PADRES.
ESTUDIA LA ENSEÑANZA MEDIA EN EL LICEO FISCAL DE SAN ANTONIO,
PARA LUEGO ABORDAR UNA AVENTURA, ESTUDIAR EN EL PEDAGÓGICO
DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE,
EN UNA ÉPOCA SOCIAL Y POLÍTICAMENTE INTENSA.
LOS ESTUDIOS DE FILOSOFÍA QUEDAN INTERRUMPIDOS POR EL GOLPE MILITAR
DE 1973. VUELVE A SAN ANTONIO Y LABORA EN DIVERSAS
ACTIVIDADES ARTÍSTICAS;ES TITIRITERO, ACTOR DE TEATRO, DECLAMADOR
EN LAS CÉLEBRES PEÑAS DE LA DISIDENCIA.
LA ESCRITURA DESARROLLADA POR BESCÓS SE EXPRESA ESPECÍFICAMENTE EN LA  POESÍA  ESTRUCTURANDO AL RESPECTO UNA SERIE DE TEXTOS
QUE RESPONDEN A UNA VISIÓN PARTICULAR DEL ENTORNO, EL TERRITORIO.
DE SU OBRA, ANOTAMOS: TIEMPO SIN RAÍCES (1981);
ARTESANÍA EN DUENDES (1989); ENTRAÑAS (1994);
ESTUDIOS EN PASADO, PRESENTE Y FUTURO (ENSAYO, 2000);
COMO LA SAVIA (2002); MATANOCHE (2003);
PLUS (2005).

EL AÑO 2007, A TRAVÉS DE UNA PROPUESTA DENOMINADA
EDITORIAL ECONOMÍA DE GUERRA, SE PUBLICA LA ANTOLOGÍA CILANTRO, INTENTO CABAL DE REUNIR SUS TRABAJOS.
SE HA DICHO DE SU OBRA:
“PRODUCTO DE LA POÉTICA DE LA DISTANCIA Y LA DISOCIACIÓN, SURGE LA NECESIDAD DEL LUGAR DEFINIDO EN SU ESTRICTEZ TOPONÍMICA, EN DONDE ENGARZA, QUIZÁS, CON EL LARISMO DE JORGE TEILLIER, AUNQUE SIEMPRE CON UN TOQUE CRÍTICO QUE DESPLAZA LA MIRADA, COMO UN CRONISTA FANTASMA
QUE NO QUIERE ESTAR”.
En 1994 se le otorgó el Premio Municipal de Literatura de San Antonio.
El año 2008 la Casa-Museo Neruda de Isla Negra organizó
una serie de recitales con algunos destacados escritores locales.
 La noche de la lectura de Roberto Bescós tuvo algo especial;
algo que alegraba y emocionaba. Ciertamente tuvo
a Roberto declamando con la intensidad de siempre y más;
 tuvo también el significativo reconocimiento que el
Centro Cultural Isla Negra de la Fundación Neruda realizara a su trabajo.
Aunque para nosotros el hecho más relevante de aquella emotiva jornada,
y seguramente una señal clara del valor y la influencia del trabajo poético
de Roberto, fue la numerosa presencia de jóvenes escritores de la zona,
para quienes la figura de este entrañable poeta sanantonino
ha sido presencia y referencia constante.

MERCEDES SOMALO
El puerto de San Antonio con su costanera,
la comercial calle Centenario, la vieja feria, los circos que
llegaban cada primavera, un colegio católico y un incesante
recorrido por las tres principales calles del puerto fueron el
colorido escenario de infancia. Ambiente de vastos aconteceres, en la memoria quedaron figuras como Neruda comprando un congrio generoso en tamaño, Ramón Aguilera y sus boleros populares animando el mercado o la caleta de pescadores, la misma que seducía a Pacheco Altamirano y su paleta. Julio Zegers fue la figura del hombre sensible y sencillo. Inolvidable la visita de los artistas al cine teatro Cervantes y algunos locales nocturnos que animaban la bohemia porteña; a lo lejos están las voces de Luisín Landáez, Cecilia, Sergio Inostroza, mi frustrado profesor de guitarra, ya que yo prefería oírle cantar antes que rasgar cinco cuerdas para una nota.
  Un amplio marco de vivencias me anclaron con pasión a este rincón de Chile;
cómo ignorar el sentimiento que es sentido de vida, cuando en mi oído susurra la música de Roberto Parra, puedo reconstruir su paso por la escala que lleva a Las Luces del Puerto. Despierta mi olfato con el olor yodado y mineral del viento Pacífico, aromas reiterados en los vinos de este valle, en los pescados de roca; entonces aparecen los sabores de boca y al fin comprendo lo que llaman terroir, un suelo que hace poesía en la mesa, en la gente que vive, crea, toca y palpa con todo su ser... habitantes poéticos diseminados a su antojo, cómplices en el trazo invisible.
  El entramado de personajes sobrecoge, los de ayer y los de hoy, seres de arte y de arte sano. Emprender la tarea de darlos a conocer en su propia tierra, contribuir a que los valores culturales sean apreciados, fortalecer el patrimonio cultural territorial y transformarlo en un sólido capital para el turismo es lo que hago en cada evento, es lo que motiva cada entrevista que realizo en el programa de TV local SAN ANTONIO A PULSO”. Mi labor esencial es contagiar pasión por un lugar en que se respira poesía.
                                                          

  Roberto Pizarro actualmente vive y trabaja en Isla Negra, entre los altos árboles de un bosque próximo a la Quebrada de Córdova. El lugar que lo albergó cuando recién llegaba a la Provincia Poética fue la Quebrada de Tralcamahuida en El Quisco (llamada también Quebrada Seminario).
  Durante el tiempo que va de una a otra quebrada, digamos más o menos la última década,han salido del taller de Roberto un par de exposiciones personales
montadas en la Casa-Museo Neruda de Isla Negra, la recordada navegación
efectuada por una notable colección de mascarones de proa, tallados por Pizarro
con ocasión del centenario de Pablo Neruda, y una innumerable serie de
tallados y esculturas que este artesano escultor (como le gusta pensarse) ha cultivado en los bosques y matorrales de Isla Negra.
 “Durante los 2 ó 3 primeros años de mi residencia en el litoral central viví, literalmente, en medio de una de las grandes quebradas que hermosean estos lugares, rodeado por uno de los pocos reductos de vegetación nativa que nos van quedando. Una casita chica, con un taller que era como parte de la ladera... Y viviendo ahí empecé a sentir... empecé poco a poco a darme cuenta de la profunda relación que se estaba produciendo entre mi trabajo y el lugar donde lo venía desarrollando. Sentía que mi taller era como una parte del bosque... y que los troncos que tallaba eran como los árboles nativos de mi bosque personal... Algo así...
  Ha sido tan intensa esa vivencia que hoy, varios años después, y viviendo en otro lugar, el taller donde trabajo y la casa que habito siguen formando parte viva del entorno; incluso a algunos amigos que vienen por acá les cuesta a veces reconocer cuáles son las esculturas en proceso y cuáles los árboles del hospitalario bosquecito que me cobija”.


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